La señorita Hinata fue la siguiente, pero al encender su frasco sólo salieron un par de llamaradas violentas, sin explosión, a pesar de todo su esfuerzo, tenía que reprobarla -lo siento joven Hyuga, reprobado, pero recuerde que la constancia es la virtud con la que todos los esfuerzos dan su fruto, siga así- le dije mientras le hacía un guiño -siguiente, jóvenes, que después tenemos Aritmancia-